El heredero del Rock de los ’90
Carolina Rabinovich es el nombre con el que se presenta en público, pero quienes lo conocen en la intimidad saben que es Paulo Giménez. Un muchacho alto, flaco y muy cálido. Siempre en contacto con el arte, la música e incluso el dibujo. Seductor por naturaleza y creativo por donde se lo mire. Hace un repaso de su vida y obra dentro de la música y analiza cómo internet a pesar de ser una gran herramienta se convierte muchas veces en un dolor de cabeza.
A pesar de la pandemia, que tiene los espectáculos parados todavía, los artistas se las han ingeniado para continuar trabajando y promocionando sus trabajos. Como no podía ser de otra forma Carolina Rabinovich presentó al comienzo del confinamiento un video clip del tema Una Trama Contra Mí de su más reciente trabajo Un Pretencioso disco de Rock publicado en 2019.
Pero no solamente quedó en eso, ya que es un artista que jamás se queda quieto, un poco por impronta propia y en menor medida por la fugacidad y la demanda de contenidos que nos trajeron las redes sociales. Además, comentó que es “muy complicado vender música con fotos” aunque destacó que es importante aprender a manejar esas plataformas para generar un “engagement” (del inglés: compromiso) necesario con sus seguidores y su público objetivo que consume mucho las nuevas formas de comunicación que utilizamos, sobre todo “Instagram, que es la red social más consumida en Argentina”.
-¿Cómo es ser músico en la era del internet 2.0 y de las redes sociales?
Es medio complicado porque, en cierta forma, somos producto de los ’90 y del disco físico con todo lo que eso implica, sobre todo la manera en cómo oíamos la música los de nuestra generación (entre 25 y 30 años), implicaba otro formato, vivíamos la música desde otra perspectiva. Ahora con el tema de internet no solo basta con ser músico sino que tenés que ser community manager, tenés que saber editar fotos, editar videos, generar contenido, saber cómo publicar en redes. En ese aspecto ahora estoy atravesando una etapa de aprendizaje con todas estas nuevas herramientas y aprendiendo a darle a las redes la importancia que merecen. Lo positivo de todo eso es que cuando publicás un material auditivo lo pueden oír en Japón, en España, o acá a la vuelta sin mayor dificultad que apretar un solo botón.
Nos comentó, además, que es muy nostálgico y se reconoce melómano con el tema del audio y que en sus planes está la idea de producir un par de copias de su último disco en formato cassette, “vamos a hacer una tirada de pocas copias para que el ‘audio-filo’ pueda disfrutar de ese viejo y querido formato”.
-¿Cuándo comenzó el proyecto? ¿Cuál fue el momento que marcó el principio de tu carrera?
Considero el inicio al primer día que hice la primera grabación del primer demo, que lo grabé en el 2009 (hace 11 años ya) y todo ese proceso de aprendizaje fue el comienzo de todo. Es algo que sigo aprendiendo y con lo que me vengo formando autodidácticamente. Se podría decir que el primer momento de Carolina Rabinovich fue aquel día en que con una notebook y una guitarra grabé con el mismo micrófono de la computadora el primer tema. A partir de ahí empezó todo.
-¿Cómo es el proceso de composición? ¿Cómo se organizan las ideas? ¿Componés primero la letra o la música?
Generalmente vienen juntos la letra y la música, voy probando con un par de notas, algún riffcito y ya empieza a venir la letra. Pero puede pasar de cualquier forma viene la letra y después la música, o compongo una melodía y después a la semana lo continuo (por ejemplo), hubo momentos en que algunas canciones salieron de un tirón en un mismo día y quedó grabada. Los trabajo mucho a los temas, soy muy meticuloso con eso.
-¿Hay algún tema que te arrepentiste de grabar y que todavía esté disponible en tus plataformas? ¿O directamente se dan de baja?
De las canciones no, pero sí de las calidades de los temas, y de cómo grababa o como cantaba antes, no tenía bien definida una personalidad, pero me pasaba más en los primeros discos. Pero de las canciones que hice no me arrepiento de ninguna, me gustan mucho mis temas, es más, me encantaría regrabar algunas de las viejas porque me parecen geniales. Aunque si hago ese filtro antes de publicar, si no va el tema fue.
-Respecto a la autocrítica, ¿Sos muy duro con vos mismo? O como estamos oyendo no tant…
(Interrumpe) Sí soy muy autocrítico, para llegar a ese proceso de que me gusten mucho mis temas demoro bastante, me cuesta porque trato de evitar recursos o palabras que no me atraen, incluso evito, cosa pavas como que mis canciones tengan nombres, me limito demasiado, pero sobre todo busco el rumbo del tema y me esfuerzo para que transmita ese mensaje que voy buscando en el proceso de composición. Una vez que grabo y mezclo el tema pasa mucho tiempo para decidir cómo va a ir todo… soy medio ‘rompehuevos’ (risas).
-¿Cuáles son tus principales fuentes de inspiración?
La música, escucharla y tener ganas, también, de hacerla. Aunque también me nutro de muchas cosas: películas, comics. Algunas veces las ideas también salen de ahí y sino también de mis ídolos musicales: Dárgelos (Adrián, cantante de Babasónicos), Jack White (White Stripes) todos eso monstruos gigantes que me inspiraron (ríe).
-O sea que las influencias más fuertes de Carolina vendrían a ser: Babasónicos, White Stripes y toda la obra de Jack White. Y hay un poco más imagino ¿verdad?
Si también me gusta mucho lo que fue el nuevo rock argentino de los ’90: Los Brujos, Juana La Loca, bandas de ese estilo alternativo, y bueno después los clásicos: Zeppelin (Led), Queen, por nombrar algunos, a todos ellos los tengo allá arriba en el cielo… (Piensa y continúa) Sandro! Para mí es gigante y además Marilyn Manson, él me marcó para siempre, con Marilyn tuve el primer acercamiento serio a la música.
-Los covers publicados en tu canal de YouTube ¿Muestran un poco las influencias de las que hablábamos anteriormente?
Son más que nada para darme un gusto de versionar temas que me gustan, si bien solamente uno de esos covers es de Boom Boom Kid, el resto son de bandas que están a la par mío, de bandas con las que compartí escenario y me dejaron sorprendido. Decidí grabarlos para homenajearlos, eso es más que nada un homenaje al esfuerzo que hacemos las bandas under para emerger.
-Hay dos discos publicados como proyectos paralelos: ¿Por qué consideras que no debieron formar parte de Carolina Ravinovich?
Son proyectos en los que fui probando otros estilos. No son Carolina claramente y se nota sobre todo en la temática de los discos y los géneros como te mencioné anteriormente. Uno por ejemplo es instrumental Surf Rock y el otro es uno más Funk, Bossa Nova, un poco más bailable. Al último de ellos (El Último Trago — PAUL G.) lo materialice de lo que empezó siendo una broma, al principio era sólo eso, hasta que empecé a darle más importancia, y bueno, lo grabé. Pero en definitiva los grabé más que nada para sacarme el gusto de grabarlos para en un futuro poder decirme a mí mismo o mostrarles a otros: además de Carolina hice discos de otros estilos, quiero experimentar con todo, no me quiero encasillar en algo específico negándome a conocer o probar con otros estilos.
-¿Existe una posibilidad de incorporar nuevos miembros? ¿O no está en tus planes? ¿Cambiaría mucho el proyecto?
Cambiaría mucho, pero tengo muchas ganas, el tema es que soy medio tirano en cuestiones de composición y elaboración de mi música, esto tiene que ver con que me malcrié mucho durante muchos años creándola yo sólo, si bien invito músicos a las grabaciones y les doy libertades creativas, en cierto punto les apunto para donde van ciertas cosas, sin embargo a eso lo hago porque siento que en algún punto la canción me pide esas cosas puntuales. También eso determina a que invitados elijo… pero sí quisiera contar con músicos para tener un sonido más humano y poder explotar el formato “banda” como corresponde: improvisar, zapar en vivo, etc. También considero que la banda me va a hacer crecer como músico, el hecho de compartir la música y aprenderla de otras personas.
-¿Cuáles son los proyectos de aquí en adelante? Las metas o ambiciones.
Los proyectos son varios, pero por el momento (pandemia por COVID-19) es imposible determinar cuándo se van a poder ejecutar. Aunque si hay planes como por ejemplo la posibilidad de materializar una tirada de Cassettes de Un Pretencioso Disco de Rock, para brindarles material físico de calidad en un formato ‘vintage’ para el coleccionista melómano. Tenemos un nuevo simple que estamos viendo de lanzarlo y estamos grabando un disco que ya casi lo tenemos completo pero hay que mezclarlo (cuando acabe la cuarentena) y les prometo que va a ser un quiebre, un “boom”, es lo que esperamos, dar un salto a las “ligas mayores” es la principal ambición.
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